big fish

“¿Alguna vez has oído un chiste tantas veces que ya no sabes por qué tiene gracia? Y un día lo oyes otra vez y de repente, es nuevo. Entonces recuerdas por qué te gustó tanto la primera vez.”

Y esto es el final de Big Fish, la mejor película de la Historia del cine (es mi artículo y digo lo que me da la gana). Si la has visto estarás asintiendo y pensando “Joder tiene razón qué buena es”, mientras recuerdas esos perfectos veinte minutos finales y piensas que es lo mejor que se ha hecho nunca (salvo que seas un imbécil, claro). Si no la has visto estarás preguntándote “¿Tan buena es?”. Sí amigo sí, así que no sé a qué cojones esperas. Deja de leer y ponte a verla.

La frase en cuestión se entiende bastante bien y es algo que nos ha pasado a todos de una manera u otra. La típica película que te encantaba pero has visto dieciocho veces y te lleva a cambiar de canal cada vez que la echan. La chica por la que estabas loco que con el tiempo te deja de gustar. Los espaguetis que te hacía tu abuela para cenar cada semana y que llegaste a aborrecer. Y por supuesto aquella canción de la que te enamoraste y escuchaste en bucle cien veces al día hasta que oírla te empezó a dar dolor de cabeza y ganas de pegarte un tiro y acabar con tu vida.

Supongo que el tiempo y la rutina lo queman todo. Lo que ayer nos parecía maravilloso mañana ya no lo será tanto. No nos conformamos con nada, lo queremos todo y además que sea nuevo. Nos cuesta apreciar la cantidad de cosas buenas que tiene la vida y nos dejamos intoxicar por la basura del mundo, que seamos sinceros también la hay y en grandes cantidades. Pero al puñetero tiempo a veces le da por devolverle lo que te quita. Y un día haciendo zapping te encontrarás con esa película que tanto te gustaba y sin saber por qué te volverá a emocionar. Y te cruzarás por la calle con aquella chica de la que te cansaste y la volverás a mirar embobado. E irás a cenar a casa de tu abuela y engullirás sus espaguetis como si tuvieras otra vez siete años…

Y escucharás aquella canción olvidada y de golpe recordarás todo lo que viviste con ella. Cada acorde, cada nota, se convertirá en un recuerdo. El frío de aquella ciudad nevada, aquel sauce al que viste secarse y florecer, los amigos que allí dejaste, el aroma a gofre de aquella calle… Y agradecerás haberte hartado de ella. Y volverás a enamorarte. El tiempo le ha devuelto la gracia al chiste y te lo envía cargado de emociones. Le ha puesto banda sonora a una etapa de tu vida. Y sonará siempre que quieras recordarla.

By Peter Glez