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Sin duda alguna, el Paredes de Coura portugués se planteaba como uno de los festivales del año y 3 días después se confirmó; lo ha sido. Nada más llegar al recinto, nos dimos cuenta de que llegar el primer día de conciertos no era suficiente para coger un buen sitio de acampada.

El camping era envidiable. Comparado con otros de la península, éste no tendría rival. No importaba donde mirases que ibas a ver una tienda ocupando cada rincón. Lo esperado viendo el cartel que ofrecía y el lugar donde se realizaba. Un recinto en plena naturaleza, rodeado de vegetación y un río que, a pesar de su temperatura, era perfecto debido al sol que se pudo ver todos los días.

Es muy amplia la gama de festivales que ofrece la península ibérica pero pocos hay como el Paredes De Coura. Uno de los escasos, o el único, en ofrecer los directos de bandas como Thee Oh Sees o Mac Demarco, que apenas han visitado nuestro país.

Black Lips, The Growlers, Goat, James Blake, Cage The Elephant, Franz Ferdinand, Chvrches, Kurt Vile, Cut Copy, Yuck… No se podia pedir más para este año.

Días antes de la apertura del recinto de conciertos, la organización montó una serie de actividades en el centro cultural del pueblo, COURAge To Think. Una iniciativa donde se planteaba la reflexión sobre la importancia económica de un festival en una localidad. Además de una unos directos a modo de calentamiento.

Miércoles 20 de agosto.

Lo primero que me viene a la cabeza es sol, cuestas interminables y un rápido asentamiento en el camping. Fuimos a comer al pueblo y tras varias confusiones con la carta (olvídate de hablar fluidamente con portugueses), compramos un kit de supervivencia: agua, alcohol, cerveza y poco más.

Dispuestos a dosificar energías llegamos al recinto para ver únicamente Cage The Elephant, una banda totalmente desconocida para mí. Aún así se podría decir que forman parte del grupo de bandas “no underground” del cartel.

Al finalizar volvimos a las tiendas para prepararnos para lo siguiente, disfrutar del dj set de Cut Copy. Una discoteca improvisada en la carpa que nada tiene que ver con las que se frecuentan en Madrid, “la música manda, lo demás es secundario”.

Fue un primer día que sirvió de adaptación al lugar, el sonido y los escenarios. Capicua, Janelle Monae y Public Service Broadcasting se quedaron fuera de nuestro objetivo diario.

A pesar de una pequeña falta de volumen en el palco Vodafone (escenario principal) no hay nada que reprochar en cuanto a organización durante los cuatro días. Puestos de comida de todo tipo tanto en el camping como en el festival y a precios asequibles, así como cajeros para tener el estómago siempre lleno. La verdad es que en festivales siempre te gastas más de lo que tenías planeado.

Con linterna en mano nos dirigimos a la tienda de campaña para descansar, pues nos esperaba un día de locura.

Jueves 21 de agosto.

Con la luz del sol en la cara y el ruido de los madrugadores nos despertamos con ganas de más. El día a día básicamente era despertarse, ir a las duchas y después ir a por el desayuno y un zumo recién exprimido. El resto del tiempo se invertía en tomar el sol y bañarse en el río.

A las 18:00 empezó el segundo día de conciertos, con Fast Eddie Nelson y Oso Leone seguidos por el omnipresente Seasick Steve (que horas antes dio un concierto secreto) y Panama. Como veis hay de todo un poco.

A las 20:30 empezaba lo bueno, el ex Sonic Youth, Thurston Moore tocaba en el segundo escenario. Jamás he visto tantas camisetas de su antigua banda concentradas en un mismo lugar. Con su directo sorprendente (pues fue una grata sorpresa) empezó a atraer a gente hacia el escenario secundario. Eso sí, ninguna banda fue capaz de arrancar de la primera fila a esas mujeres (y algunos hombres) que parecen vivir en simbiosis con el metal de la valla. Pero aunque pueda llegar a ser algo un tanto odioso, todos sabíamos cuál era la razón: MAC DEMARCO.

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Con su dentadura y vestimenta característica (camiseta cutre de Elton John); tocó todos sus hits Salad Days, Blue Boy y Ode To Viceroy entre otras. Llenando de buen rollo el festival y enloqueciendo a unas cuantas mujeres se marcó un concierto dentro de lo esperado. Como es normal todo finalizó con una pseudoinvasión de escenario y un crowdsurfing.

Mientras acababa, muchos se dirigían ya al palco Vodafone FM, donde en escasos momentos iba a tener lugar el concierto más loco que jamás he vivido. THEE OH SEES, la banda más cañera del momento. Aunque no estuviera la formación original, John Dwyer se las ingenió para que el público inhalara su música cual droga y entrara en una locura expresada en forma de pogos y mucha agresividad. Le bastaron menos de diez canciones para que más de uno sintiera que un desmayo iba en camino. Cortando e iniciando de nuevo I Come From The Mountain, debido a la agresividad de un hombre se seguridad con un asistente, dio un concierto que nadie olvidará hasta que se vuelva a dejar ver por estos lares.

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Recuerdo que incluso antes de salir ya había un par de pogos, creados por unos portugueses encoca… ¡exaltados! Pero la jornada no terminó ahí, Chvrches dio un adelanto de lo que muchos podrán ver en el Dcode este mes de septiembre. Otra banda fuera de mi objetivo, aún así el púbico lo vivió  entusiasmado y ¿al fin y al cabo es lo que importa no?

Se acercaba el final con Franz Ferdinand. Iba a cerrar la noche con su impecable directo que nunca falla. Son la apuesta segura de cualquier festival en cuanto a diversión, sonido y calidad. Do you wanna, Right Words, Take me out sonaron durante la noche y cuando ya muchos creíamos que habían acabado con Goodbye lovers & friends, tocaron la cuarta y última canción del “encore”: This Fire. Para algunos su tema no 1.

White Haus y el dj set de Ivan Smagghe concluyeron el día para unos cuantos, ya que otros no teníamos energía ni para caminar.

Viernes 22 de agosto

El ecuador del festival, llegaba uno de los grupos que más deseaba ver desde su última visita a Madrid en el Mulafest: BLACK LIPS. Precedidos por DawesKilimanjaro, Linda Martini, Buck And Gase, Conor Oberst, Yuck y Perfect Pussy. Una locura equiparable a la de Thee Oh Sees, pero quizás empañada por la presencia de ciertos personajes.

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Boys in the Wood, O Katrina, Bad Kids, Family Tree, Modern Art entre otras dieron rienda suelta al movimiento masivo de gente y unos cuantos pogos. Gente subida a hombros era el pan de cada día en las primeras filas.

Cut Copy continuaron esa diversión pero en modo de baile. Entretuvieron tanto a sus fans como a sus espectadores novatos. Ya a las 02:00 tocaron Cheatahs con el sonido de calidad que siempre estuvo presente en el escenario secundario, pero que no pudimos disfrutar. La noche finalizó con Fort Romeu en un dj set donde ya se notaba el cansacio y la falta de sueño acumulada en la gente. Pies estáticos y brazos en movimiento. No dábamos para más.

Sábado 23 de agosto.

Último día de festival, se acabo lo que se daba. Sueño, resaca, calor y fríos radicales, polvo, moscas, sin ropa limpia, toallas mojadas, colas en las duchas, sin dinero… Deseábamos tanto ver a los últimos grupos como volver a territorio conocido.

Empezamos el día acudiendo al concierto secreto de The Growlers en un mirador con un paisaje increíble. Menos de 100 personas vimos como tocaban Someday (canción no presente en el concierto del festival), así como el cansancio en sus caras tras días de gira sin un respiro. Se notaba que querían acabar a lo grande su gira europea para preparar la que harán por su próximo trabajo.

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El público haciendo la ola, bailando y pasándolo como nunca disfrutaron de esta banda que no deja indiferente a nadie. Tras su última visita en Madrid en noviembre ya había ganas de volver a verles. Sobre todo de presenciar los directos de sus nuevos temas, pertenecientes a su próximo álbum “Chinese Fountain”. Píldoras como Good Advice que ganaron más puntos en vivo.

The Dodos y Kurt Vile And The Violators fueron otros de los platos fuertes del día. El de Philadelphia centró su set en dos de sus álbumes (Smoke Ring For My Halo y Wakin On A Pretty Day). Fue un concierto tranquilo, para sentarse en el césped disfrutando de una superblock y la caída del sol.

A las 22:30 aparecía la banda sueca Goat, vestidos con máscaras y trajes tribales. Supieron aprovechar su mezcla de ritmos afrobeat, kraut y psicodelia espacial para someter a los asistentes a un trance profundo. Acompañados de unos visuales del mismo estilo tocaron su álbum debut casi al completo (World Music), así como un par de temas de su próximo trabajo, Commune (en tiendas en septiembre)

Con ganas y tristeza llegaba el final. Fue nada más y nada menos que James Blake el encargado de cerrar esta edición. Un directo brillante en el que la falta de sonido no se dejó notar. Nos esperábamos algo más rompedor pero las temperaturas gélidas dejaron a más de uno congelado. Otra previa para aquellos que pudieron verle en Barcelona días después.

Y hasta aquí podemos contar. Con un aforo completo, esta edición del Paredes de Coura llego a su fin. Una estupenda noticia que ha servido para llenar de ilusión a los organizadores, quienes han decidido anunciar las fechas del próximo año: 19 al 22 de agosto de 2015. Con seguridad podemos decir que volverá a triunfar con un potente cartel.

Por I.J. e Ignacio Barrena. Fotos by Hugo Lima